Vida moderna y fertilidad natural

Problemas con la fertilidad en la vida moderna

¿Sabías que el estilo de vida actual deteriora la fertilidad natural?

Me refiero a factores como la contaminación ambiental, los tóxicos, la alimentación y el estrés.

Forman parte de nuestra vida diaria, de nuestras rutinas y, en la mayoría de los casos, pasan totalmente desapercibidos.

La contaminación ambiental

Contaminantes como plomo, aluminio, mercurio y cadmio. Materiales de construcción o bricolaje, cosméticos y agroquímicos como pesticidas, herbicidas, fertilizantes, etc. Todos ellos contaminan el aire, el agua y los alimentos. Y adivina donde terminan… ¡Ajá, en nuestros cuerpos!

El encargado de detoxificar estas sustancias es el hígado. Este órgano no está preparado para metabolizar tanta cantidad, por lo que las almacenamos en el tejido adiposo, afectando  gravemente al sistema hormonal.

Es importantísimo favorecer la detoxificación del organismo optimizando la función hepática y del resto de órganos depurativos. Para ello, es clave fomentar los nutrientes que activan esta depuración, hacer ejercicio. Además, si es necesario, podemos apoyarnos en fitoterapia adaptada para favorecer la detoxificación y mejorar la fertilidad natural.

Los tóxicos

No podemos olvidarnos que sustancias tan normalizadas como el alcohol, el tabaco, la automedicación (y la sobremedicación) influyen negativamente tanto en la detoxificación del cuerpo como en el sistema hormonal, teniendo un impacto negativo importante sobre la fertilidad natural.

La alimentación

La alimentación actual procedente de la industria agroalimentaria está caracterizada por aportar alimentos que, debido al procesamiento, tienen déficits en nutrientes vitales para mantener las funciones fisiológicas, el estado de salud, la fertilidad y esenciales para defenderse mejor de las agresiones tóxicas.

Por ejemplo, el proceso de refinado de cereales como el trigo o el arroz que, al perder su germen, pierden nutrientes como la vitamina B o minerales como el magnesio, importantes para la salud y la fertilidad natural.

Igualmente, los productos alimentarios industriales procesados, se caracteriza por ser alimentos cargados de sustancias químicas, como los agroquímicos: pesticidas, herbicidas y aditivos: conservantes y colorantes. Además de tener un efecto tóxico para la salud y la fertilidad, reducen la absorción, reserva y utilización de los nutrientes.

El estrés

El estado mental tiene una importante influencia sobre las funciones fisiológicas y, teniendo muy presente que nuestro cuerpo es la suma de todas sus partes, no podemos obviar la relación mente-cuerpo y su impacto, no hay más que contemplar el eje hipotálamo-hipófisis-ovarios.

Los procesos sexuales femeninos, el ciclo menstrual, así como otras funciones corporales son controlados por distintas hormonas sexuales estrechamente vinculadas entre sí y son reguladas por la hipófisis. Por ello, desequilibrios como la amenorrea o el síndrome premenstrual, entre otros, tienen un componente del sistema nervioso central muy importante. El estado emocional o psicológico de la persona provoca un desequilibrio en el terreno hormonal.

El estrés influye en la formación de hormonas a través de la hipófisis. Cuando el organismo está sometido a una tensión excesiva, segrega neurotransmisores como la adrenalina y el cortisol, que ejercen una influencia negativa sobre las hormonas sexuales. En el hombre afecta a la potencia sexual y a la formación de espermatozoides. Y en la mujer a su libido, su equilibrio hormonal y la ovulación.

La fertilidad natural, al igual que otros procesos, requiere una visión integrativa del individuo y de su entorno. No hay fórmulas mágicas, el camino está en la intervención global que nos permita acercarnos al objetivo tan deseado.

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